Mirada al punto fijo

Érase una vez unos ojos cuyo luminoso brillo era metáfora de la alegría que mira al horizonte. Unos ojos grandes que aparentando cerrar sus ventanas hacia la luz, disfrazábanse de incomodidad al ver claridad de frente. Esos ojos semi cerrados que, en intimidad de dos, miraban en la confianza frenéticamente pacífica hacia un punto que nadie sabe cuál fue; pero si había una cosa  estática en el universo, era ese punto al cual vio por aquel instante de inspiración. Pareciese imposible que mis ojos al ver sus ojos puedan llevarme a un eterno momento que describo en tiempo continuo. Parece increíble que, con música ascendente al oído, pueda querer con miserable y poco versado conocimiento de la palabra, intentar dignarme a describirlo. Aposta hacia aquel gesto de amor convertido, fiel confianza a plena luz del día en un espacio que he olvidado debido a que solo presté atención a sus ojos… a ella, sus sentimientos y a sus hermosos ojos y a nada más. Adrede expresaba aquella ternura correspondida a manera de respuesta, frente a un gesto de capricho que le llegué a cumplir. He olvidado todo… el capricho, la hora, el espacio, el motivo del momento, su vestir, mi respiración, que existo, mi porvenir, el futuro que presiento, el miedo, la muerte, mi razón de vivir… todo ello fue nada en un instante y para la eternidad de mi recuerdo, que a cada momento lo idealiza, incluso un poco más. Acéfalo, me identifiqué frente a aquel momento y frente a ella como en ningún otro espacio-tiempo jamás. Y mi pedestre y pobre mirada se sumergía en aquel abundante semiprecioso azabache mar, aquel cuyo brillo podía directamente al alma observar.
Escribo esto por motivación inconsciente, pero razonada…
Escribo lo que ofuscada, pero de manera obstaculizada llega a parecer consciente a mi pensar…
Escribo estos pequeños, cortos y simples, pero siniestramente amorosos versos solo porque sí…
Movido por un motor que torna lo que fue capricho del escrito en necesidad de expresar,
movido por el cuestionamiento oxímoron que a sí mismo se da respuesta en bucle sin fin […] encuentro en pocas palabras la prosa escrita, el motivo cumplido, los versos al límite del sentido, vacíos en su separación.

Estisco (07-05-2018, 11.43)

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